Y un elefante rosa sostiene una vela, iluminando el cielo, para que todas las niñas perdidas de noche puedan encontrar el camino de vuelta a casa.


No quiero. No tengo miedo. ¿Por qué querría domar la niebla que sos?  Cuando entrás a mi habitación tu sombra cuelga, se desdobla y multiplica. Sos millones. Estás por todos lados. Debajo de mi cama mi sombra juega, se ríe y se esconde.  Tener el control es para el fandom. A mí dejame acá, desatando los cordones de tus borcegos. Bardeemos la verdad. Lo que era intocable está a punto de comenzar a vacilar  y va a terminar deshilachado. Quiero besar las manos que te sostuvieron al nacer  y desmembrar los pies que te patearon al caer. Bajo la luz de la luna después nos vamos a sentar a beber en copas de cristal la sangre de los torpes que tocaron a la puerta de nuestro hogar. Estuve lejos mucho tiempo, no me dí cuenta. No lo pude ver hasta ahora. 
Y ahora no quiero hacer nada. No quiero mover ni una coma de lugar.  Quiero quedarme quieta contemplando. Si alguna vez me vuelvo en tu contra, arrancame la máscara  y poneme de vuelta en mi lugar.


Todo lo que hacemos y todo lo que decimos parece estar regido e impulsado por nuestra mierda interna. Ya sea que nos demos cuenta o no. Estamos sobreviviendo a muchos recuerdos a la vez. Subconscientemente siempre queremos algo de lo que decimos o hacemos en broma; somos cobardes. Vivimos a escondidas. Y ese impulso de represión generalmente lo motiva quienes creemos que somos como personas. Pero hay algo mucho más fuerte que la represión: el deseo. Ese deseo puede ser tan mínimo como caerse al piso y quedarse ahí tirado, simplemente porque es divertido, pero otras veces ese deseo es mucho más complejo, mucho más oscuro. Todo está enturbiado y esa misma turbiedad puede hacer que las personas hagan cosas totalmente contrarias a las que desean hacer. Tirarle tierra en la cara al chico que te gusta en vez de besarlo. Si estos impulsos no nos parecen seguros no son confiables. Viajan por nuestro cuerpo diáfano, desde el alma hasta la médula y nosotros nos creemos superiores. Los aborrecemos. No somos merecedores de desear. Aún cuando hacemos cosas por el simple placer de hacerlas, dudamos de si las hicimos por el simple placer de hacerlas. En qué momento nos rompimos tanto? Please, do it just for the hell of it.



Tardaste menos de una hora en ponerte rígido como un newbie que recién prueba la morfina. Sentiste la enajenación subir fuerte a través de tu columna vertebral. Tomé tu mano y despacio comencé a acariciarla, te estiraba los dedos, te ayudaba a moverlos.
El aire; era intocable.
Miraste fijo mis labios, los tocaste de forma brusca y me llegaste a decir que mi labial se veía más rojo. Mi cara manchada, tus dedos también. Sos tan frágil y yo tan descuidada. Demoró hasta el amanecer su conclusión, pasó a través de una mezcla de olores retorcidos y colores antes de confesarme que me veía rosa y pegajosa.
La botella, excesiva, se volcó.
El líquido corrió a través de la mesa, a través del trapo de algodón y debajo de los coloridos posavasos que me había comprado hace poco.
Te sentás arriba del charco a escuchar música.
Un buen ritmo. Una guitarra incómoda. Voces insostenibles en voz alta que segrega el infierno.
Invierno.
Mi labial se siente envenenado por la luz que se eleva a través de una ventana del tamaño de un hachazo.
Tu desayuno: 1 alplax y 1 vaso de vodka.
Lo tomás con tranquilidad, tragás, pensás en la sensación de rigidez y mi labial: si pudieras sentirlo todos los días, si pudieras almacenarlo, no querrías compartirlo.

Hay muchas cosas que caen. La lluvia, los pétalos, la nieve, las lágrimas, las estrellas, las pestañas, las sombras, el vino cuando ya voy por la cuarta copa y mis rodillas contra el piso cuando te tengo adelante mío. No importa dónde estemos o quién nos esté viendo. Me basta ver tu mano rozando la hebilla de tu cinturón para adivinar con una sonrisa que se acercan constelaciones enteras a su fin y que mis labios van a encerrarlas; lo siento en toda la cara, mis piernas se flexionan y golpean fuerte contra el piso. Puedo caminar tentada por el borde de la línea de fuego y ellos tiran flores a mis pies. ¿Sabías que a las bestias del inframundo también les brotan lágrimas de los ojos? Nos admiran y ovacionan. Les perfora el pecho más profundo que una bala el antagonismo entre tanta belleza y tanto horror. Tanta perfección. Con cada impulso que tomo hacia adelante me arrojan pedazos de infierno del más celestial, a mi nombre y con código postal. Mis duraznos preferidos son los más golpeados y magullados. Me recuerdan a mis rodillas. Los dejo en mi falda, manchan mi vestido blanco. Se detienen al verme comerlos, su jugo cae por mis comisuras, su frescura moja la punta de mi nariz. Los labios me hormiguean, abro los ojos y son tus dedos limpiándome suavemente con un dulzor enfermo que abadon fomenta y facilita. Sé que te gustaría verme y ver sólo un ser humano. No elegí ser esto. Y aunque me ardan las mejillas, me gusta que al mirarme veas poesía. Estoy satisfecha. Estás en el cielo conmigo. Un cielo que está teñido de rosa y sangre, y está a punto de sucumbir.


De todas las mentiras que me dije, esta era la más real. Sumergirme en un océano denso y profundo color lila en caída libre. Fue abrir el frasco, tocar la textura, oler su aroma y sucumbir. Lo que más me envolvía de la situación era esa consistencia perturbadora y seductora al mismo tiempo. Se me pegaba a la piel y ahora mis células brillan. No hay marcha atrás porque no quiero. Lo del camino de ida es una elección. Elijo seguir hacia esta profundidad que nunca me falló. Y cuando crees que te escupió, que siguió de largo y te dejó; allí está. Esperando deseosa, con ojos de maldita Venus encendida, que te arrimes para arremeter contra vos y hundirte. Pero es un hundimiento precioso. Caigo sobre mi propio peso y no me arrepiento porque se me pega todo el brillo y la magia para siempre. La gente le teme a las cosas más estúpidas. La gente le teme a las cosas más hermosas. Desde chica aprendí a no tenerle miedo a nada y ya enfrenté varias revoluciones.


Y la guerra fría empezó. Si él no me escribe, yo no le escribo. Y no lo hago por pendeja, estoy cansada. Y no nos escribimos nunca más y así terminó lo que nunca empezó y los dos nos quedamos sin saber lo que podría haber sido ver a nuestras almas colapsar. Si no estás a la altura ni siquiera lo intentes.

Pura seducción, puro placer, pura masturbación auditiva.
Eso son ellos para mí y él lo sabe.
Lo son desde que empecé a ser la pendeja atrevida que él conoce y adora.
Por eso llego a su casa y están sonando.
Códigos son códigos.
Y aunque no pienso parar a veces siento que ya no necesito volar a ninguna capital del mundo para sentirme conectada conmigo misma.
Buenos Aires siempre tiene todo lo que yo necesito. Magia desparramada por doquier y a cualquier hora. A donde mires. Y eso heredé de la ciudad en la que nací. Magia. Tengo las venas llenas, explotadas y extasiadas de trucos mágicos y polvo de estrellas.
Y es por eso que a donde voy encuentro paisajes tan únicos como irresistibles. Miro con los ojos bien abiertos, para no olvidar ningún detalle. No quiero cosas básicas y aburridas lastimando mis ojos. Necesito llenarme para luego repartir.
Cuando andamos por ahí, recorriendo la ciudad, él es el más bailable, el más sensual, el más directo, y tiene ese toque de superficialidad mundana que me deja andar tranquila en mis plataformas sabiendo que está todo bien con caerse de rodillas al suelo.
Le ofrecí a cambio de sus secretos una comunión pagana entre el rock de los 80, los 90 y el siglo XXI que da como resultado la pibita que soy hoy. Comunión que fue bendita por los dioses y estoy orgullosa de encarnar. Y él la aceptó feliz.
Crecí siendo influenciada por los encantos de París y Nueva York. Me pasé la adolescencia coqueteando con el glam y el country de otro planeta. La psicodelia fue siempre mi estrella. Nada me puede frenar.
Me gusta rodearme de cosas que se adhieren a la piel y a la memoria y no a la lengua como un simple tema del momento.
No tengo miedo de convivir en un submundo poblado de extraños personajes nocturnos y desequilibrados. Soy la muñeca tóxica de ese reinado y hasta a veces logro convencerlos de que tengo la razón. Pero no se confundan, el camino de nuestros pies es siempre hacia adelante y el de nuestro interior, hacia las oscuras profundidades. Porque como dice Dárgelos ‘increíble tentación es el amor’ y no queremos perdernos de nada. Cultura rock para ser avasallantes, cultura rock para sobrevivir siempre. Y no es que esté mintiendo todo el tiempo, es que les cuesta creerme. Igual en este caso, es de ese tipo de mentiras que hacen de la vida un momento agradable y del mundo un lugar mejor para vivir. Asique no pasa nada. Sigamos en la nuestra.
Vos te merecés que le de play de nuevo a la canción para que sigamos creando drama puro, duro y lindo de vivir. Todos quieren sumergirse en el universo femenino pero no cualquiera se la banca. ¿Tenés lo suficiente para bancarte todo esto? ¿Todo este melodrama desbordado? A veces hay que saber dejar silencios y no responder. Hay preguntas que no buscan respuestas sino reacciones y yo por mi parte estoy buscando enmendar algunos errores. Decir mucho con muy pocas palabras


Hoy les vengo a dejar un cortometraje en el que participo:



¿cuántas veces te dije que no quería que fuese así?
¿cuántas veces intenté dejarte? 
pero siempre me convencés de que te mire otra vez

y ahora estoy en mi habitacion buscando plata para comprar alcohol
mandándoles mensajes a mis amigas para que me vengan a rescatar
pero suena el telefono y lo hacemos otra vez

volvemos a empezar

¿por que no me dejás dejarte?
si me cuesta cambiar la música que estoy escuchando
¿cómo no me va a costar cambiar de cuerpo para abrazar?

y la botella ya no existe y el bar mas cercano está a 10 kilómetros
¿en dónde me voy a esconder?
en la radio suena Joy Division
escucho tu auto estacionar en la puerta de casa
y yo prefiero perderme en la canción

Si todavía seguís a mi lado después de esto, está bien. Vuelvo a creer un poco en la humanidad, te lo prometo. Y si no saliste corriendo cuando te mostré mi oscuridad sonriéndote con un mojito en la mano y los labios pintados de amarillo, está bien. Quizá hasta me pueda enamorar. La vida se esfuerza por sorprenderme, me encanta lo dedicada que es. Podría haber aspirado tu alma y llevármela para siempre pero no tuve el valor. Tan psycho egoísta, por qué? Pará un poco, loquita. No siempre tiene sentido. Y dicho esto ruego al cielo que no creas que hablo de vos. Cerca tuyo que me siento entorpecer. Y no hablo de esa torpeza propia de un valium adictivo. Vos apareces y yo desaparezco. Y lo hago por vos. Porque es mejor así, que no te des cuenta lo ridículo que te ves. Es como si intentaras arrancarme toda la brillantina que recubre mi piel para conformarte sólo con el calor que emite. No lo entendiste? No me podés ver. Buscás desesperado los trucos y te juro que no los hay. Es así. Olvidate de todo lo que te enseñaron a sentir porque está mal. Los necios cambian estrellas por dinero mientras los artistas se desviven por recuperarlas. De qué lado querés estar? Te vas a dar cuenta que los papelitos de colores no compran magia. El mundo no sobrevive gracias al dinero, es el arte la que mantiene a esta especie de corazones rotos en pie. Todo pasa y los artistas permanecen. Y aunque es lindo besar, es más lindo que te besen. Te dije que je suis neptun? Es un secreto.

No se había enamorado de lo que yo soy, se había enamorado de lo que él creía que yo era. Se enamoró de lo que él creó de mí en sueños. Cuando se enteró quién era yo en realidad me quiso cambiar y lo tuve que matar. No tengo más nada que agregar.



¡Los espero!


Voy a contar uno por uno tus dientes. Quiero sentir la presión de cada uno de ellos contra mi cuello, intentando drenar hasta mi última gota de sangre. Me parece algo divertido de hacer. Voy a pintar de rosa cada una de tus pecas. Voy a unirlas hasta crear un sistema solar entero para mí. No sé, me conocés. Nos imagino haciendo esas cosas y muchas más. A veces pienso que todo es una obra de arte pero la vida no me deja en paz; supongo que mi peor enemigo es el tiempo. Quiero sentarme por horas en una plaza a observar los ojos de un perro y vos me apurás. Siempre hay que llegar rápido a otro lugar a ver otra cosa que en realidad no me interesa. Decís muchas cosas fuera de lugar pero te cuesta creer que yo estaba viendo galaxias en esos ojos. Que una parte de mí y de mis fuerzas para seguir adelante se quedaron en los ojos de ese perro. Todo lo que quiero es volver a sentarme ahí y no levantarme nunca más. Porque el mundo del que me hablaste está muy feo y me da miedo. No me arrastres nunca más ahí. No me estás entendiendo. No quiero escuchar más nada, no quiero enterarme de más nada. Y todo lo que imaginé que iba a hacer no lo pienso hacer porque todo lo que quería era que te sentaras conmigo en esa plaza a mirar a ese perro. Nunca acaricié un pelo tan suave, nunca nadie me miró así. Tell me, is it really you? You don't look the same as when I was dreaming. Who are you, boy?


No entiendo porqué las decepciona ser mujer. Debe ser que no usan ni un cuarto de su poder. Que paja tu vida si todavía no te diste cuenta que somos las que controlamos el universo. Los planetas cuelgan de nuestras uñas mal pintadas. ¿Cuál es tu problema? Quiero sacudirlas y escupirlas. Mis ojos son gigantes, veo todo, todo el tiempo y no me agota. Porque no todo tiene solución. ¿Qué más da? Lo que sentimos y lo que nos acontece nunca desaparece, simplemente evoluciona. Dejate llevar. Esto yo lo hago por mí. Creo que las decepciona darse cuenta que tienen corazón. ¡Wow! Qué miedo, ¿no? Que dentro tuyo exista una forma de controlarte. No existe peligro alguno, solo el que tu mente invente. Miles son las veces que recree tus fantasías para que vivas en el mundo que soñaste de chico. Festejaste otro día existencial. Poor baby. Como un juguete. Ahora nada de eso fue real y nunca lo vas a volver a alcanzar. Esa paz que sentís no existe. Nada volvió a la normalidad y nada va a volver a ser como antes. Todo fluye hacia adelante. Acostumbrate rápido porque nunca me lleva más de dos semanas olvidar. Y si me miro al espejo mis ojos me delatan, todavía arrastro la inocencia de una nena de 5 años. ¿Qué va a pasar? Quedate tranqui, que está todo bien. Jajaja.




Ya no me importa en qué idioma voy a ser incomprendida por el hombre. Pueden traducir mis borradores a todos los lenguajes que existen el mundo y aún así sería un misterio. Aún en silencio ellos no me entenderían. Y eso que el silencio es el que más habla. Siempre. No busco empatía. Los fanáticos son peligrosos. Soy un monstruo que en sus ratos libres decora sus piernas con stickers de Dragon Ball Z. Le escapo a la crueldad de este mundo torpemente. Me tropiezo y siempre lastimo mis rodillas. Realmente soy torpe. Estoy llena de moretones. Me llevo todo por delante. Quizá es el universo pidiéndome que pare. Huyo dándome la cabeza contra la pared una y mil veces. La civilización se esfuerza mucho en molestarme. No entiendo porqué no dejan en paz a los animales. Extraño mi vodka. No creo en el mal, creo solo en el horror. Y en la naturaleza no hay maldad. Quien nunca entierre sus manos en la tierra y acaricie el pasto probablemente nunca llegará al cielo. Haré mi juventud valer la pena y después de vivir como quise sin mirar hacia el futuro dejaré que hagan con mis borradores lo que quieran. Estoy en el lugar que Dios me dio. 





Sueños de pipa. Eso eran. O al menos eso prefiero creer. Si nunca pudimos permanecer conscientes más de dos segundos, ¿algo de todo eso fue real? 'Es una rebelde', eso dicen todos. La del carácter complicado, la que siempre repite que lo fácil nunca es bueno. Lo escribe en sus canciones y me las manda en notas de voz. También me escribió unos cuantos poemas que me exhortan a cruzar los límites y no mirar atrás. Besó mi frente y se alejó de mí. Nunca pude amarlo como él me amó a mí. Que me voy a cansar, que no voy a durar. Eso dicen todos y yo me rehúso a creerles. Nadie sabe mejor que yo que es lo mejor para mí, pero a la gente le gusta dar consejos y yo los dejo creer que los escucho. Tengo todo tan en claro que me cuesta rodearme de los seres humanos y sus miedos y sus dudas. Nadie quiere recibir mails, nadie quiere leer un cúmulo inservible de palabras. Queremos poesía recitada en nuestros oídos. Eso es la vida. O al menos eso quiero yo que soy una pretenciosa que siempre obtiene lo que quiere. Que me cantes en tu auto mirándome a los ojos mientras estoy sentada arriba tuyo. Y no es egoísmo, es una ansiedad incontenible por vivir y dejarme vivir las cosas que tengo ganas de sentir. Hacer que cada segundo en esta tierra valga la pena. Que cada segundo tuyo al lado mío sea mágico y valga la pena. Que lo que no podemos decir con palabras retumbe en una habitación. Vos sos mi fuckin héroe, necesito que vengas a rescatarme. Do you believe in a best world? Yo sí. ¿Quieren espantarse aún más? También creo en el amor. Show your face, motherfucker. ¿Algo de todo esto está mal? Ayer lloré porque tuve que matar a uno de los personajes de mi libro. Creo que me había enamorado de él.




Admito que esa noche ni siquiera podía sostener mi vaso pero se hubiese necesitado de todas las perras de ese lugar para sostener mi alma. Fue cuando se me hizo imposible mantenerme en pie hasta la madrugada que abandoné mis plataformas para quedarme descalza. Qué aburridos son los lugares de moda. Todos quieren ser irreverentes. Les cuento un secreto anarquistas, no pueden rebelarse contra el mundo con las manos vacías. Y si ahora creen que estoy hablando de armas, no hay nada que hacer por ustedes. Caminar bajo el cielo y saber que nos observan. La convicción de que importamos y lo que hacemos cuenta. La necesidad de que exista algo más allá. Proclamar el arte, somos el nuevo suelo. Y descansar en paz porque sé que nada de lo que viva me quitará mi inocencia y mi ingenuidad. Eso es lo que resguardo del mundo, no se llevará jamás mi alma inocente. Es mía y se la debo al universo.



Si alguna vez dudaste de vos mismo, te invito a que te internes en un bosque. Los árboles siguen de pie aunque no reciban ningún reconocimiento. Las flores siguen floreciendo aunque alguien tarde o temprano vaya a arrancarlas. Fijate el mar, como siempre sigue fluyendo a pesar de que somos pocos los que paramos a contemplarlo y admirarlo. Mirá las estrellas, nunca dejan de brillar y ni siquiera saben porqué lo están haciendo...
Nunca dejé de fascinarme por lo influenciada que me siento siempre por la luna. Es increíblemente inmensa y poderosa. 
Nosotros somos iguales. Fuimos creados con los mismos elementos que el universo. Hermosos y maravillosos. Nunca lo olvides, de polvo celestial fue creada tu materia.


Me siento inyectada de estímulos. Lo que acumula mi cabeza...es tanta la velocidad de mis ideas...necesito correr. Correr como huye una presa. Vos siempre me entendiste cuando ningún otro lo pudo ver. Nada de lo que buscamos está aquí sobre esta tierra. Todo lo que quise lo obtuve, esa es la historia de mi vida y siempre quise más. Lo que está allá. Lo que nadie conoce ni puede ver. En sueños te veo morir y me asusto. Muero de terror. Siempre imaginé que tarde o temprano serían mis manos las que arrebataran el aire de tu garganta pero no ellos. Nunca lo habrías permitido. Me habrías llamado débil y habiendo apartado la mirada de mí con derrota y vergüenza, arrancado mi corazón. ¡No me vuelvas loca! ¡No lo permitas, maldito seas! No quiero que esa sea mi carga. ¿Cómo matarte? Si sos mi ángel. Vos sabés mejor que nadie lo que se siente naufragar perdida y desolada por aguas oscuras. Vos me rescataste mil veces y siempre te dí la espalda. ¿Escuchás esos sonidos? Somos nosotros. Nadie más nos puede escuchar. Como en los viejos tiempos en el medio del bosque. Creadores de arte y drama. Jugando con la muerte y creyendo que nunca podrá tocarnos. 'Las criaturas de la noche somos inmortales' me repetías sonriendo al oído, y yo te creía. Te sigo creyendo...pero sé que tarde o temprano las tinieblas van a arrancarte de mis brazos. No te puedo parar, ya es tarde para rescatarte. Les perteneces. 


¡Wow! Mil mortales creyendo poseerme. Nadie es dueño de nadie, ¿cómo hacértelo entender? Sólo le debo mi alma al todopoderoso, Dios y yo siempre nos llevamos muy bien. Cómo me gusta reír. Me gusta verme reír. Podría sentarme frente al espejo por horas mientras me veo reír con los ojos desorbitados y llenos de lágrimas. Pero es el sonido que hace mi risa lo que me excita más. Y luego pienso. Reflexionar siempre me caga la vida. ¿Sabés lo triste que es estar riéndote sola? La imbécil de mi mente nunca me puede dejar en paz. ¿Y qué? ¿Qué carajo me importa? Nadie es dueño de nadie y esa es la verdad más triste alguna vez comprendida. Buenos tiempos son estos. Al menos para mí que soy feliz aun entendiendo. La vida es buena si no te cuestionás lo que es imposible de modificar. Da igual. Y quizá deba confesar que lo dejé porque no me llevó a ver Crystal Castles. Mi rebeldía es propia de una nena consentida y malcriada. Todos son monstruos y yo soy el único ángel. Da igual. Luces, cámara, acción. Dejame salir a actuar. Hoy solo quiero ser linda, ser inteligente siempre me jugó en contra. Sacame a bailar por toda mi habitación y decime que soy como año nuevo para vos.


Traté de ser adulta, madura y responsable desde que tenía 15 años. ¡Cuánta mierda nos meten en la cabeza! Me deshice de mis stickers brillantes y mi cartuchera abultada. ¿Qué sentido tuvo si en mi cabeza no cambió nada? Seguía siendo la misma pendeja inadaptada. Lo intenté tan mal que hasta me sentía culpable de crecer. Una idiota corriendo hacia su muerte. Un desastre caótico y emocional propio de un mal viaje de ácido. Besando por besar y viviendo por vivir. Planeando suicidarme mil veces y adorando la vida al mismo tiempo. Innecesaria estupidez con consecuencias obvias. Finalmente llegaron mis 18, creía que eso era algo importante y apenas la fiesta terminó, de una trompada lloré por mi infancia como nunca había llorado antes. Quería regresar el tiempo atrás y parar de crecer. Pero no paré. Una linda perdedora. La sociedad ya comenzaba a asquearme horrores, la gente empezaba a volverse de lo más odiosa. Extrañaba mis muñecas pero sabía que para mi edad eso era no solo vergonzoso sino hasta enfermizo. Hace un par de años borracha y drogada tendida en el piso del baño, entendí. La edad es solo un número. La realidad me pertenece. Cada tanto encontraré alguien a quien lamerle el alma y hacerle el amor. Y no hay nada más estúpido que querer ser un adulto. Me hablé por horas y decidí, que no pienso madurar a no ser que no me quede otra. 


Y no importa lo que pase, nunca nada me detuvo. Acá estamos y yo siempre estuve. El cielo estalló mil veces y yo saqueo todos sus pedazos. Esa asquerosa actitud de que nada me importa y todo me pertenece, siempre me mantiene a flote. O es la locura que me hace incomprensible para los demás lo que me hace disfrutar de absolutamente todo lo que me pasa. No sé. Casi exploto de tantas maravillas. Lo que nadie quiere, yo me lo guardo.  Jamás le buscaría explicación a tanta belleza en ebullición, simplemente la abrazo y la escondo del resto. Adoro no entender, ¿porqué creen que soy una lunática bajo control? Mucha simpleza en sus mentes adversas. No puedo estar más agotada. Todo lo que parte de mí, siempre vuelve. Su mayor problema es creer que tienen tiempo. Se babean llenando fuentes de gansadas en las cuales no sumergiría ni un pie. Mucha dósis, poca anestesia. Los tiempos modernos adoran mis pensamientos. ¿Están satisfechos? Cuánto stress, yo solo quiero bailar...



Decilo todo. Expresalo todo y dejalo acá. Sentite libre a mi alrededor que yo nunca te diré qué cosas son solo mías y no las alcanzarás jamás. Hoy todo es tuyo. Te dejo imaginar y llegar lejos. A veces estoy de buen humor y se me da por compartir. No sé qué significa eso, pero he experimentado y visto cosas que debo guardar solo para mí. Está bien. Es difícil vivir toda la vida con lo que llevo dentro. Sí, sé que te prometí libertad, lo siento. Esto es mío. Ser yo misma me hace olvidar que existe un piso y no hay ningún techo que me pueda tapar. Estar en la tierra me hace sentir presa. Siento que hay un sonido muy lejano, allá por la Vía Láctea que necesito alcanzar y oír para dormirme en paz. No, estar en la tierra no es para mí. Siempre estaré con un pie en la acera y otro en el universo. Si soy yo misma sé quien sos vos. Vos podrías ser el mundo. Podrías ser mucho más. Todo es nuevo para mí todo el tiempo. 


Quiso mis dientes, quiso mi dedo meñique y la cruz que cuelga de mi delicado cuello. Soy la víctima. Luego de haber vivido toda mi vida como una mercenaria, hoy juego a ser la mártir más lastimera y sádica alguna vez interpretada. Estoy sedienta de escándalo. Camino arrastrándome con los pies desnudos para que crean que hasta mis zapatos se llevó. Cubro mi rostro y si alguien me observa enjugo rápidamente una lágrima. La bestia con sus mil demonios arrasó. Se llevó mi piedad. Les avisé, se los advertí...si escuchan disparos probablemente provengan de alguna de mis tantas armas. ¿Qué vas a hacer cuándo llegue la revolución? ¿Qué vas a hacer cuando te ataquen sin clemencia o compasión? ¿Qué harías si escupen en tu cara todo lo que supiste dar? Vas a gruñir como yo, vas a apretar la mandíbula hasta que cruja y los vas a embestir. Dale. Disfrútalo. Saborealo. ¡Ahora! Salí a luchar maldita imbécil.


Nunca comprendí qué misterioso placer me empuja contra las paredes y me arroja de forma violenta lastimando mi piel y mis huesos. Recuerdo que no me importaba el dolor porque las creía dóciles y solubles como si mil plumas soberbias las hubiesen compuesto. Mi pobre imaginación soñaba con arrastrarlas lejos, mover esas paredes y encontrar la libertad más pura alguna vez soñada. Solo quiero ser recordada como esa desquiciada que logró transformar la materia más insulsa e inamovible en magia. En amor. Esa noche la perpetración fue tal que las lágrimas escupieron ácidas sobre mi cuerpo asqueadas de mí, intolerantes al máximo. Lo que nadie comprendía es que esas paredes eran azúcar. El azúcar más dulce que alguna vez haya probado. Todos me miraban incrédulos, creyéndome necia pero yo sabía que lo que había encontrado valía la pena. En un instante se transformaron en todo para mí. En mi todo. Esas paredes fueron mi refugio tanto tiempo que casi había olvidado que lo que yo estaba anhelando era libertad. El llanto del cual aún no me percaté cae tormentoso sobre ellas, envolviéndome en los ríos más dulces que se hayan navegado. Y eso fue, una dulce experiencia en la cual me ahogué aún sintiendo placer hasta el último instante. Me dejaron naufragarlas con total dulzura y cuidado. El dolor duele. Entenderlo te ayuda a disfrutarlo. Todo fue hermoso. Gracias mágicos lugares de los cuales me ví obligada a descender, nunca fui de acá...sólo me confundí un largo rato. Me dejaron vivir entre humanos, disfrutar de sentimientos humanos y se los agradezco pero mi alma es otra cosa, algo que aun no comprendo.


¿Cómo no me dí cuenta antes de que yo soy la plaga? 
Soy lo que te infecta. 
Soy la que toma todo lo bueno y lo trastorna. 
No me ilumines, me gusta la oscuridad. 
Perfumarme es parte de mi ritual a la hora de salir a matar. 
Estoy lista para el salto. 
Haré la evolución e inyectaré células vírgenes en mis venas. 
Lo que sea. 
Cuanto sea necesario. 
El veneno no se limpia fácil de los vestidos. 
No quiero tus sacrificios. 
No me atiborres de ofrendas. 
Tu carne blanca y débil quiero devorar.
Algunos dicen que enloquezco fácilmente y tomo forma de cabra.
Yo prefiero el término 'unicornio'.
Malditos seres humanos.




Este es un texto distinto al que acostumbran ya que está dedicado a la dueña del blog. Quiero escribir sobre ella que escribe de un modo mágico. Sólo hace falta leerla para saber que sus pensamientos provocarían tempestades. Raras ideas siempre la persiguen. Quiere calmarse, siempre habla de eso, pero no puede hacerlo y ojalá nunca lo haga. Desconoce el gran tesoro que le fue confiado. Posee la belleza de un ser que no nació de padres humanos. No puede evitar ser tan extraña y especial. Nunca fue su voluntad llamar siempre la atención de todos, pero a donde sus pies la lleven siempre será así. Es probable que desconozca cuántas vidas ha marcado a su paso despreocupado y apurado. No es raro que sueñe con otros mundos pues ella no pertenece a este. A veces dice ser un unicornio con forma de niña humana y yo le creo.
Alan de los Bosques Frondosos

Héroína de la noche, fan número uno de la sangre y expectadora alucinada de los truenos. Toda mi vida me dediqué a correr hacia la luz pero la despiadada parece esquivarme. Mi cielo constantemente se vuelve negro. Soy una renegada, siempre intento tocar el fuego sin quemarme y me quemo. Estoy viviendo al borde. Al borde de todo. Al borde de lo saludable, al borde de la sociedad, al borde de lo normal. A veces simplemente espero que mi enojo pueda provocar una reacción en cadena pero esta sociedad es muy boluda. Estoy cansada, quiero llenar mi habitación de luces de neón. Necesito vivir en el medio de la acción y ser parte de toda lucha. Me gustaría ser vulgar, masticar con la boca abierta, usar gafas de sol aunque no haya sol y vestirme con ropa de cuerina barata o ser un relámpago en tu oscuridad, lograr calentar tu corazón, gobernar las calles, tener ciudades a mis pies y dar lecciones de moral. Siempre soñé con ser a prueba de balas y lo logré, pero al maldito le dije que no quería amarlo y me apuñaló. El maldito me apuñaló.


Aprieto con los dientes las palabras que podrían salvarnos. Éste será mi último intento, prometo no hacerte esperar más. Apenas te vea lo diré y será mi única verdad. No queda tiempo. No quiero cerrarme nunca más. No con vos. 


Había mucha mugre, mucha tierra. No era apenas polvito, casi tapaba la totalidad de las baldosas. Eso fue lo que más había llamado mi atención hasta que vi la sangre, servida sobre el suelo como invitándome a ser parte de los horrores que allí se desataron. Nunca fui inocente de nada, siempre quise ser testigo de miserias semejantes pero aún no lograba discernir dónde estaba o qué había pasado. Seguí mirando a mi alrededor y lo descubrí: en un rincón yacía un cuerpo. Quedé helada, sin reacción, hasta que pegué un grito espantoso sin poder controlarlo al notar un puñal en mi mano. Estúpida fui por haberme creído una simple espectadora. Fui yo. Soy una nueva especie de monstruo mucho más terrible del que fui hasta ayer. Pero, ¿por qué?, ¿a quién maté?. Con temor murmure lo obvio: 'maté', y de no actuar con rapidez sería víctima de la justicia y de los señaladores de lo moralmente correcto. No me importó. Algo de esta nueva experiencia me hace sentir más linda. Matar no está bien, lo sé, pero no me arrepiento. Me va a costar aceptarme como asesina y no poder contárselo a nadie. Me siento superior. Los cadáveres son graciosos, parece no importarles la estética. 


Tranquilizate. Estoy tocando para vos. Me gusta tener la cabeza vacía, libre de pensamientos complejos y pensar en lo simple. Me pedís que te de ejemplos y no sé. ¿Qué hay en mi mente? Nada. Felicidad. Quiero manchar con mi sangre el sol, quiero manchar con mi sangre el océano.


A mis amigas se las llevó el viento y a mis ex novios, la droga. Todo lo que de chica anhelé hoy me parece insuficiente. Parte de mi maldad se regocija cuando me deshago de las cosas. Removí lo inutilizado por mi egoísmo, limpié mi mente y me alimenté de helado de unicornio. No quiero nada porque no necesito nada más. La vida se encargó de apartar de mi rastro a los bastardos. Su propia basura los llama y a mi vista no volvieron jamás. Van de espaldas al pasado, no aprendieron nunca nada. Me río a solas, todos me creen equivocada mientras yo veo el futuro a mis pies.

¿Vas a ser bueno conmigo? Quiero quererte pero para eso necesito saber que estás dispuesto a vivir una extraña vida junto a mí. Que no me esperes temprano en casa. Que no esperes buenas comidas. Que dentro de cuatro paredes podamos llegar a cualquier era y lugar. Al lado mío no hay nada que deba preocuparte porque conozco técnicas telepáticas que alejarán al mal de nosotros. Hace mucho llegué a un tipo de acuerdo con los demonios que habitan este planeta. Creo que les caigo simpática. Vos sos mi cosa favorita, no se atreverían a hacerte daño. 


Es un fácil. Un típico pendejo insolente. Se transformó en un mito para muchas pero lejos está de lo que supo ser. Vive incómodo e insatisfecho por imponerse una vida que no le es permitida. Anda en búsqueda de la auto-aceptación mientras arrasa con los lugares de moda. Pasar por su vida era un flash. Te hacía creer que todo lo que había en el mundo le pertenecía a él y lo iba a compartir con vos. Su intolerancia era infumable y te quería a su lado para hacer de vos lo que él necesitara. Querida inocente, inexperta y virgen en el amor, no dejes que se te acerque. Es un bandido. Posará sus manos sobre vos para hacerte olvidar todo lo que deseabas hasta antes de conocerlo. Créeme, él eligió esta maldición, no te dejes arrastrar. Desplegará ante vos todo su talento, se esforzará al máximo, será un show visual. Fui testigo de su persistencia. Te está tomando el tiempo. Hará todo por conquistarte y lo logrará. Luego llorarás a escondidas por haberte dejado engatusar. Va a corromperte, lo ví. Habla tan suave que te verás caer seducida ante los hechos más reprochables. Créeme, lo pasé. Pero soy tan culpable como él porque no estoy segura de estar arrepentida. En esos ojos ya no vive nadie. No hay quien pueda. Quizá algún día consigas verlo fuera de su pose, estate preparada para tal monstruosidad. Nunca reniegues del poder que te fue concedido. Úsalo,  aprovéchalo y nunca mires hacia atrás. No es culpa nuestra que las almas débiles caigan rendidas a nuestro alrededor.


Intento hablar de esos momentos de suma derrota. Tu mente ya entendió todo y no quiere saber más. Quiere abrirse de tu cuerpo y dejar en claro que no es responsable de lo que está pasando. La anulaste. Ya no estás pensando. Sos vos contra vos mismo. Los ojos obnubilados y la mirada perdida en cualquier lado. No podés parar. Lo que estás haciendo te está matando pero no querés parar. Más y más fuerte. Por favor, alguien que me mate. Es todo lo que estás deseando. Que se apiaden y te protejan de vos mismo. La petulancia de saber inflamable lo que estás tratando de prender fuego. Te puede generar aversión estar ante tanta involución pero al mismo tiempo te seduce. Nos cautiva la miseria humana. Disfruto de orgías entre mi cuerpo, la incertidumbre y el fracaso. Y me voy superando cuando veo que cualquier gesto de la contracultura queda olvidado frente a mi tropa de freaks. Esta escena no es trash. No entendemos al new under. Es simple, necesitamos safar porque cada tanto nos queremos matar. Todo está permitido. Le robo los peinados a las zorras y dejo que mis pies caminen sobre zapatos de rameras. Los veo endiosar drogas baratas y aspiran pegamento en nombre del punk. Aún así, todo esto me queda chico. Quiero crear una canción que inspire a algún asesino a matar. Que lo caliente. Que lo excite tanto que no pueda aguantarse las ganas de ver correr sangre a través de sus dedos. Mi mente es una pelela.



Era extraña. Tuvo una secta en el secundario. 
No le bastaba escribir amenazas en aerosol y creció. 
Aprendió a hipnotizar a aquellos que nacieron para dejarse controlar. 
Todo le resultaba fácil porque el mal estaba de su lado. 
Creció más y tuvo una pandilla. 
Iban a todos lados armados con revólveres de juguete. 
Tenían rituales los fines de semana. 
Los obligó a limpiar su sangre hasta la sobriedad para enfermar sus mentes. 
Usaban máscaras de animales para que no los reconozcan durante sus fechorías. 
¿Esto los hace sentir bien? ¿Los hago sentir bien? Es todo lo que importa. 
Ustedes son todo lo que me importa. 
Sé que no estaremos aquí para siempre pero la felicidad es todo lo que importa. 
Nuestra carne no va a seguirnos después de muertos ¿y qué si le hacemos daño?


Una amiga que no es real y yo. No me pregunten cómo la conocí pero me hizo feliz. Ella murió hace mucho y sólo se me parece a mí. Dice que le llamó la atención mi colección de armas de juguete porque a ella le dispararon con una de verdad. Es toda celeste y luce vestiditos blancos que le quedan muy bien. A mí me parece tan real que a veces lloro cuándo recuerdo que murió. Su mundo es mejor. Chabón, ¿entendés que desde una hamaca llegamos a las estrellas? Vimos incendios desde re arriba. Se conoce todos los planetas. Y en mi estado más dopada, y en un poético estado de mi mente, desee estar muerta. Tendidas sobre el pasto, en silencio, sé que ella desea estar en mi lugar y yo en el de ella. Nos comunicamos con soplidos que ella transforma en escalofríos. De todos mis amigos imaginarios, mi amiga fantasma es la mejor. Hace saquitos de té con cosas raras. Yo confío en lo que ella me convida porque sus tecitos de cosas raras siempre nos dejan súper preparadas. Conspiramos contra la gente real. Ella envidia su carne y sus huesos. Yo sólo quiero deshacerme de ellos. Le juré mi amistad aunque me muera y eso que morí cien veces desde aquella promesa. Llegamos a ese punto en el cual amamos todo lo que odiamos. Mi amiga fantasma nunca me confesó porqué es igual a mí y sólo nos podemos comunicar a través de mi reflejo. Supongo que debe ser uno de sus tantos secretos.


Trotar con golpes pesados y eufóricos a través del océano. Lleno del encanto de delfines. Suelo de brillantina plateada. Atravesar nubes con la velocidad de un rayo que no busca dañar. Entender que las olas son las ganas del agua de danzar y que el viento nos quiere empujar siempre más allá. Me estoy convirtiendo en un animal. En un flamenco láser que nació del petróleo. Duré poco porque soy un freak y me mandaron a matar. Reencarné en gato. Ahora sólo deseo ser un gato. Siempre desee ser un gato. Si fuese un gato lamería mi cuerpo mientras la música que está sonando de fondo altera mi mente felina y dominadora. Y sueño con destrozar pajaritos. Me pierdo en su mirada. La miro a los ojos y comienzo a ver mil demonios en ellos pero a la vez es toda inocencia. Le expliqué con señas que no es a ella a quien amo, sino a la idea que representa. En otras palabras, soy yo, nadando en ácido, teniendo una conexión cósmica con mi gata. Ella quiere que me deje llevar, y sea una más, y viva una vida simple como la de ella. Me contó que controla Marte con el control remoto de mi tele.


Todos los monstruos son humanos.


Fue una noche de invierno y llovía. Le dije 'mi amor, agárrame fuerte del pelo que nos metimos en un largo viaje de ida y comienzo a temer'. Tomó mi mano y jaló de mi cabello. Mis ojos se desorbitaron y no podía volver en sí. '¡Te dije que fuerte!', le grité. '¡Más fuerte!'. Se posó sobre mí, sus ojos eran rojos. Ya no estábamos allí, estábamos elevándonos lentamente hacia aquellas alturas que hacen a los hombres rudos llorar. 'Quiero volver, quiero volver, quiero volver', gritaba mi mente mientras mi boca se contracturaba y deformaba en un grito mudo. Tendrían que haber visto su mirada de fascinación sosteniendo con fuerza lo que iba quedando de mí. Fui sumisa y me dejé enviajar. Dejé de ser para siempre lo que creía ser. Moldeó con sus manos a la criatura salvaje que habitaba en mí. Sus venas se hinchaban  y yo se las quería arrancar. Quería transformarme en un lobo y acecharlo hasta hacerlo rogar. Y el río me llevó puesta, me arrastró, revolcó y me ahogó en sus profundidades sin que a él lo mojara una sola gota. Ingenua. Te pudo. Nadie me enseñó a nadar en tal densidad. Noté con horror al abrir con pesar mis ojos que, lo que río creí, era mi renuncia a la libertad proviniendo del que me supo domar. Me susurró al oído que no me duerma, que no vacile y no me esconda, porque me vendría a buscar una y otra vez. Sonreí ansiosa. Me conoce. Él sabe que paso mis días jugando a ser todavía una niña aunque sueñe con el caos, con disparar armas y ver correr sangre. Renuncio a todo por ver otra vez a la luna explotar causando espasmos en mi piel. Mi cabello ahora es de llamas y mi corazón arde tanto que nadie lo puede tocar. ¿Cuál es? Aún nos pueden ver por las calles con la mirada fuera de órbita extasiados ante la perversidad polimorfa que nos habita y nos es festejada.


Jamás nos vamos a calmar. Jamás podremos calmarnos y ni Dios nos quiere calmar. La cabeza no se calla y el cuerpo te empieza a odiar. Te quiere matar desde adentro. Duele la humanidad. Veo crecer historias en las luces y me quiero meter. Ya no aguanto más. Cualquier destello me pinta bien. Somos saqueadores de momentos. Eso es todo y nada más. Romper en tu cara tu pelotudés más preciada. Están tan atados, tan atados, tan atados. Tan abajo que se dejan pisar. No concluyas mis oraciones, lo nuestro ya está todo dicho. No me puedo calmar. 

Quería calmarme con música clásica y hacer de mis errores profecías. Yo practicaba atragantarme con su lengua y dejar a mis demonios jugar con lo que vestía. Quizá no sea un simple deseo y esto nos lleve más allá. Me veo una y otra vez arrastrando a Cleopatra hasta su trono. Dejarla volver a su hogar, no quiero que me posea más. Voy a quedarma acá tranquila y a esperarte con arroz. Porque si no duele, tiene que ser sano. Nunca nadie sabe cómo se siente nada, aún después de haberlo sentido. Pintura natural que corre por mis venas mancha todo lo que me rodea. Dejo marcas sin desearlo. Quiero que trences mi pelo, quiero que muerdas mi cuello, quiero que manches mi cuerpo y que sólo me dejes cubierta en plata. Trick or treat?



Aritos de unicornio. 
Me hace ruido todo lo que no decís. 
La mano me duele y no es de golpear paredes. 
Está latiendo. 
Veo negras mis venas de infección. 
Ya fue, yo me sigo creyendo una pendeja más. 
Nunca necesité tanto que el universo estallara a nuestro alrededor. 
Nunca sentí tan claros y tan animales mis deseos. 
Las ninfas no saben de respeto ni de buenos modales. 
Por más dulce que se sienta hincarte el diente en la yugular, le tengo miedo a la electricidad. 
Suena a metal. 
Y me mareo. 
Veo sangre y si no grito para que me sueltes voy a morir electrocutada. 
Seamos sólo huesos y piel quemada. 
Es nuestra alma la que se sigue arrastrando por las calles con los tímpanos perforados y los ojos abrillantados. 
Nos imanté para disfrutar de la lluvia de meteoritos y safar. 
¿Y cómo podría explicarte todo lo que me hacés sentir si ni siquiera aprendí a hablar? 
Maté a Peter Pan para que nadie lo vea fracasar. 
Si tuvimos el mal gusto de crecer dejame hacerlo tragedia y ahogate en melancolía que la melancolía sabe a vino. 
Él es alguien importante ahora. 
Aritos de unicornio vos lo viste venir y lo invitaste a pasar. 
Para enfermar y enviciarse un poco más. 
Son tiempos difíciles y el ruido turbio de tu guitarra me va a matar. 
No te hablo a vos, ya no le hablo a nadie más. 
Quiero llorar o poderme callar. 
Y me querés bañar en antiséptico pero ya te infecté.


En mis días tormentosos me baño en miel. 
La capa es tan gruesa que aunque me pases mil veces la lengua y me mastiques no me podrás ver. Escapo a mi jardín para que el sol se apiade de mí. 
No quiero que cuerpos celestiales me vean en tan horrendo panorama y es tarde. 
El vodka remueve la miel de mis piernas. 
Sus gotas me recorren y escapan entre los dedos de mis pies. 
Estoy bautizando este pasto y estas tierras. 
Refriego con fuerza mi piel. 
Estoy volviendo a ser pura para vos. 
Cubro mis ojos cuando te veo desinhibirte así entre sueños. 
No hagas eso en mi jardín. 
Guardemos el horror para destruir escenarios. 
Me duele la música.
Me siento tan inmaculada. 
No mires hacia abajo. 
Cielo, tierra y fuego es todo lo que nos quieren ofrecer.
Jugamos con el universo. 
Sostenemos planetas con ideas.
Espié y empecé a ver que el pecado habita en mí.
Me escapé porque no me importa lo que tienen armado para mí.
Que tengan una linda muerte.