Y un elefante rosa sostiene una vela, iluminando el cielo, para que todas las niñas perdidas de noche puedan encontrar el camino de vuelta a casa.

Es un fácil. Un típico pendejo insolente. Se transformó en un mito para muchas pero lejos está de lo que supo ser. Vive incómodo e insatisfecho por imponerse una vida que no le es permitida. Anda en búsqueda de la auto-aceptación mientras arrasa con los lugares de moda. Pasar por su vida era un flash. Te hacía creer que todo lo que había en el mundo le pertenecía a él y lo iba a compartir con vos. Su intolerancia era infumable y te quería a su lado para hacer de vos lo que él necesitara. Querida inocente, inexperta y virgen en el amor, no dejes que se te acerque. Es un bandido. Posará sus manos sobre vos para hacerte olvidar todo lo que deseabas hasta antes de conocerlo. Créeme, él eligió esta maldición, no te dejes arrastrar. Desplegará ante vos todo su talento, se esforzará al máximo, será un show visual. Fui testigo de su persistencia. Te está tomando el tiempo. Hará todo por conquistarte y lo logrará. Luego llorarás a escondidas por haberte dejado engatusar. Va a corromperte, lo ví. Habla tan suave que te verás caer seducida ante los hechos más reprochables. Créeme, lo pasé. Pero soy tan culpable como él porque no estoy segura de estar arrepentida. En esos ojos ya no vive nadie. No hay quien pueda. Quizá algún día consigas verlo fuera de su pose, estate preparada para tal monstruosidad. Nunca reniegues del poder que te fue concedido. Úsalo,  aprovéchalo y nunca mires hacia atrás. No es culpa nuestra que las almas débiles caigan rendidas a nuestro alrededor.


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