Y un elefante rosa sostiene una vela, iluminando el cielo, para que todas las niñas perdidas de noche puedan encontrar el camino de vuelta a casa.

Ya no me importa en qué idioma voy a ser incomprendida por el hombre. Pueden traducir mis borradores a todos los lenguajes que existen el mundo y aún así sería un misterio. Aún en silencio ellos no me entenderían. Y eso que el silencio es el que más habla. Siempre. No busco empatía. Los fanáticos son peligrosos. Soy un monstruo que en sus ratos libres decora sus piernas con stickers de Dragon Ball Z. Le escapo a la crueldad de este mundo torpemente. Me tropiezo y siempre lastimo mis rodillas. Realmente soy torpe. Estoy llena de moretones. Me llevo todo por delante. Quizá es el universo pidiéndome que pare. Huyo dándome la cabeza contra la pared una y mil veces. La civilización se esfuerza mucho en molestarme. No entiendo porqué no dejan en paz a los animales. Extraño mi vodka. No creo en el mal, creo solo en el horror. Y en la naturaleza no hay maldad. Quien nunca entierre sus manos en la tierra y acaricie el pasto probablemente nunca llegará al cielo. Haré mi juventud valer la pena y después de vivir como quise sin mirar hacia el futuro dejaré que hagan con mis borradores lo que quieran. Estoy en el lugar que Dios me dio. 




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