Y un elefante rosa sostiene una vela, iluminando el cielo, para que todas las niñas perdidas de noche puedan encontrar el camino de vuelta a casa.

En mis días tormentosos me baño en miel. 
La capa es tan gruesa que aunque me pases mil veces la lengua y me mastiques no me podrás ver. Escapo a mi jardín para que el sol se apiade de mí. 
No quiero que cuerpos celestiales me vean en tan horrendo panorama y es tarde. 
El vodka remueve la miel de mis piernas. 
Sus gotas me recorren y escapan entre los dedos de mis pies. 
Estoy bautizando este pasto y estas tierras. 
Refriego con fuerza mi piel. 
Estoy volviendo a ser pura para vos. 
Cubro mis ojos cuando te veo desinhibirte así entre sueños. 
No hagas eso en mi jardín. 
Guardemos el horror para destruir escenarios. 
Me duele la música.
Me siento tan inmaculada. 
No mires hacia abajo. 
Cielo, tierra y fuego es todo lo que nos quieren ofrecer.
Jugamos con el universo. 
Sostenemos planetas con ideas.
Espié y empecé a ver que el pecado habita en mí.
Me escapé porque no me importa lo que tienen armado para mí.
Que tengan una linda muerte.

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